¿Qué es el Impuesto de Sociedades?
El Impuesto de Sociedades es un tributo directo que grava los beneficios obtenidos por las sociedades y entidades jurídicas residentes en España. Su regulación principal se encuentra en la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades.
Se aplica a las empresas que desarrollan actividades económicas y obtienen rentas, ya sea por su actividad principal, por inversiones o por cualquier otra fuente. Este impuesto es uno de los pilares fundamentales en la fiscalidad empresarial y resulta clave para la planificación financiera de cualquier negocio.
¿Quiénes están obligados a pagar el Impuesto de Sociedades?
El Impuesto de Sociedades es obligatorio para:
- Sociedades de Capital: Sociedad Limitada (SL), Sociedad Anónima (SA), Sociedades
- Laborales, Sociedades Cooperativas, entre otras.
- Asociaciones y Fundaciones que realicen actividades económicas.
- Entidades sin personalidad jurídica que constituyan una unidad económica o un patrimonio separado susceptible de imposición.
Los empresarios individuales y autónomos no tributan por el Impuesto de Sociedades, sino por el IRPF en el régimen correspondiente.
Tipo Impositivo del Impuesto de Sociedades
El tipo general del Impuesto de Sociedades en España es del 25% sobre el resultado contable positivo de la empresa, ajustado según las correcciones fiscales previstas en la normativa.
Tipos reducidos:
- 15% para nuevas empresas durante el primer y segundo ejercicio en que obtengan beneficios (siempre que sea una actividad económica y no una reestructuración empresarial).
- 20% para Sociedades Cooperativas Protegidas.
- 23% para microempresas (facturación inferior a 1 millón de euros anuales) a partir de 2023.
¿Cómo se calcula el Impuesto de Sociedades?
El Impuesto de Sociedades se calcula a partir del resultado contable obtenido por la empresa durante el ejercicio fiscal (generalmente coincide con el año natural), al que se aplican las correcciones fiscales previstas por la ley. Estos son los pasos básicos:
- Resultado contable: Beneficio neto según la contabilidad.
- Ajustes fiscales: Sumar o restar diferencias entre criterios contables y fiscales (amortizaciones, provisiones, gastos no deducibles, etc.).
- Base imponible: Resultado contable ajustado según la normativa fiscal.
- Tipo impositivo: Aplicar el tipo impositivo correspondiente.
- Cuota íntegra: Resultado de aplicar el tipo impositivo a la base imponible.
- Deducciones y bonificaciones: Aplicación de incentivos fiscales.
- Cuota líquida: Resultado final tras deducciones.
Plazos de presentación y modelo oficial
El Impuesto de Sociedades se presenta anualmente mediante el Modelo 200 ante la Agencia Tributaria.
- Plazo ordinario: dentro de los 25 días naturales siguientes a los 6 meses posteriores al cierre del ejercicio fiscal.
- Ejemplo: Si la empresa cierra el ejercicio el 31 de diciembre, el plazo será del 1 al 25 de julio del año siguiente.
¿Cómo afecta el Impuesto de Sociedades a tu empresa?
1. Impacto directo en la liquidez
El 25% del beneficio deberá ser destinado al pago del impuesto, reduciendo la liquidez disponible. Esto obliga a una planificación fiscal adecuada para no comprometer la tesorería de la empresa.
2. Planificación Fiscal como Herramienta de Ahorro
Contar con un asesor fiscal en Salamanca permite optimizar los gastos deducibles, aplicar deducciones y bonificaciones fiscales, y evitar sanciones por errores o incumplimientos.
3. Obligación de llevar una contabilidad rigurosa
Las sociedades están obligadas a llevar una contabilidad oficial conforme al Plan General de Contabilidad. Los errores contables pueden derivar en liquidaciones complementarias, sanciones y revisiones por parte de la Agencia Tributaria.
4. Posibles beneficios fiscales
Existen incentivos como:
- Deducciones por inversiones en I+D+i.
- Deducciones por creación de empleo.
- Reserva de capitalización: Reducción del 10% sobre el incremento de los fondos propios.
Consecuencias de no declarar correctamente el Impuesto de Sociedades
El incumplimiento de las obligaciones fiscales puede derivar en:
- Recargos por presentación fuera de plazo (entre el 1% y el 15%).
- Sanciones económicas por errores u omisiones.
- Inspecciones fiscales que pueden derivar en actas de liquidación y procedimientos sancionadores.
